“De abuela a pilmama”
Por: María Elena Ayala García
El cuidado de los infantes no es cuestión de género sin embargo y en ocasiones algunas persona mayores hombres o mujeres les toca la responsabilidad de involucrarse en el cuidado de un menor, independiente de si es abuelo o no, puede tratarse incluso de sobrinos, o menores no relacionados con su parentesco de sangre; esto es muy común debido a que uno de los principales detonantes es el activar su instinto de protección, ofreciendo sus experiencias, vivencias y aprendizajes que ha adquirido a lo largo de su recorrido por su vida.
Las generaciones van cambiando de necesidades y también de roles, muchas veces roles impuestos o adquiridos por situaciones familiares que se toman y que influirán después de un tiempo de haberse considerado. Hay que dejar en claro que no todas las personas mayores son abuelos, ni todos los abuelos son padres sin embargo la acción y responsabilidad de serlo se efectúa.
Al principio pudiera ser varias cuestiones por las que se lleve a cabo esta situación, a continuación me permito mencionar algunas, como lo es:
Los hijos están expuestos en el consumo de sustancias nocivas para la salud, este es un tema delicado, inclusive cuando ambos padres son adictos a sustancias, pues implica un peligro para el bienestar y el libre desarrollo del menor, es entonces que los abuelos deciden cuidar y convertirse muchas veces en los nuevos padres del menor.
La viudez por parte de alguno de los hijos es otro detonante del apoyo que los mayores ofrecen para la crianza de los nietos, ya que probablemente el padre tenga que trabajar o desarrollar actividades adicionales durante el día, esto es muy común cuando la persona que se ha perdido es la mujer.
La irresponsabilidad de uno de los padres o de ambos, repercute en las personas mayores para que se hagan cargo de los menores inclusive en todos los rubros, pues han sido abandonados y el menor ha quedado desprotegido, o simplemente una de las partes necesita respaldo en cualquiera de los rubros.